La sangre fluye en la naríz, ojos
Inyectados de rabia desvergonzados
Mira la mujer todos los despojos
Del espejo blanco que mira del otro lado
En su vientre se descansa muerta
La canción de una cuna rota
Nueve meses llaman a la puerta
Pero no habrá nadie por ahora
La paz que nunca conociste
Gracias a las constantes caídas
De tu infancia, oh tan triste
Ni hablar de tu juventud roída
El tren se escucha a lo lejos
Tus manos extendidas
Cierras los ojos y perplejo
Quedo y miro como la vida
Destruída por las vías del tren
En donde no viste otra salida