Estoy entero aún sin viajar en el calendario y sin dormir partí a la costumbre de entender tarde, la soledad me comió la mente y no lo pensé mas en la tormenta estaba aún lado del mar, un poco de ti velada en sentimientos bañados en tiempo que duran cuando me voy, la blanca pared no quiso escuchar mi muerte sin saltar a lo desconocido, agradezco al resto de la noche por acostarme en el pasillo leído por tu nombre, la bata rosa me regalo flores que escriben los colores de tus lágrimas, en el mercado compre los números que tienes impregnados a tu cuerpo, la lengua que habla de dulces y sabores verdes como si tu corazón conociera la madera del café que tomamos en los relámpagos, se oxida la luz cada vez que te siento cerca pero sin nada para mí.