Eras la última de tu especie, manifestabas discreción en cuanto el amor y su descalabro para la humanidad, negabas tantas verdades, tantas indiscreciones y por momentos no entendias por que eran así...
Hasta que llegó él y su esa sonrisa de tonto, te lleno de colores ficticios y te llamo amor, de pronto, cuando tu menos te diste cuenta estabas volando en nubes rosas, con el que pensabas era tu amor verdadero, pero no miraste bien y él era de aquellos que hacían matar aves en pleno vuelo y así quedarse con tu bello plumaje, sin importarle tu agonizar.