SENSUAL.
Acostados a la vera del río,
sobre la hierba mojada,
por el nocturno rocío,
que la noche exhalaba.
El marfil de su boca,
mi deseo mordía,
mientras quitaba su ropa,
que sus encantos cubría.
Y mis labios besaban,
sus rosas cerezas,
que airosas se alzaban,
sin prendas opresas.
Su vientre candente,
condensó su vapor
y su salitrado sabor,
fue más allá de la mente.
Y al sur de su ombligo,
entre dos muslos cerrados,
entre su jadeo y suspiro.
Mis labios beatificados.
Y monté con donaire,
una potranca de nácar,
de acompasado jadear
y tupido pelambre.
Ella también cabalgó,
un corcel muy brioso,
de temperamento fogoso,
que su deseo sació.
Y eran azules sus prendas,
azul límpido como el cielo
y sus ondulantes caderas,
cual olas a reventar,
incitaban deseo y celo,
Autor: Víctor A. Arana
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Julio 25 del 2018.