Luis E. Calderon Romero

A UNA ABUELITA

 


A UNA ABUELITA

Eres ya rosa blanca, eres ya rosa vieja
Que conserva el perfume y las espinas dejas
Escarchados los pétalos con las nieves eternas
Las penas Y pesares que tus hijos te entregan
Los introyectas todos en tu fuente secreta
Y devuelves aromas de sagradas esencias.

 

El color de la rosa va tiñendo la tierra,
Tu fragancia materna hacia ella se proyecta
Y a tu vera amorosa, como secuela tierna,
Van surgiendo los pétalos de rosas venideras.