Desde la Cólquide...
se avista el mar Tirreno,
tallado en las costas
de Corinto,
de sándalo...
se anuda el nuevo día,
junto a la rosa...
rubicunda de su rostro,
de lirio se muestra
su tersura...
de roca la amapola
en su talante,
licuada en el éter
sin memoria...
por la belleza
descreída
de sus ojos.