Una cortina virtual
separa nuestros
cuerpos desnudos,
en magnetismo repelido,
en medio de la distancia,
…un pequeño portal,
ventanal pequeño,
nos muestra
como somos en la intimidad,
la carne que cubre
todo aquello que amamos
con los ojos mortales ciegos,
de mi lado,
un torbellino húmedo
empaña el cristal magnético,
en nuestros mundos separados,
cada uno es bañado
por la misma cascada
de distinto reflejo,
formas y figuras puedo observar,
tan exactas, erótico cada relieve,
fina piel como
la que debe tener el viento,
mojada refleja la luz de la luna,
cuan bellas son sus formas,
desde sus pies hasta su cabello,
su aura que emana por cada poro,
es brisa que trae al rocío,
en gotas de ligera sabia
por sus pechos se desliza,
como manto de velo,
su espíritu en forma de niebla
se desliza por sus cumbres,
un paisaje que siempre admiro
desde las puertas
de esta cabaña de ilusiones,
su viaje es
hacia el sur de sus formas,
en el bosque fértil
de fecundos amores
se esparce y se divide,
su camino continua
por sus hermosas
columnas torneadas,
termina en sus pies
y se evapora a su alrededor;
…este pequeño portal
me muestra todo aquello
que aún no puedo tocar,
que quisiera volver a respirar,
la calma es prolongada,
lástima y nos duele,
es lo único
que el pequeño portal,
por su ventanal
permite pasar,
mi alma se llena de una
indescriptible bendición,
bañados estamos los dos
por nuestras respectivas
cascadas de pasión,
imaginando
el momento que
guardado esta
bajo sagrada llave,
…una cortina virtual
separa nuestros
cuerpos desnudos,
en magnetismo repelido,
en medio de la distancia,
el pequeño portal,
ventanal pequeño,
me muestra todo aquello
que aún no puedo tocar,
que quisiera volver a respirar,
la calma es prolongada,
lástima y nos duele,
es lo único
que el pequeño portal,
por su ventanal
permite pasar;
el hermoso instante
se desvanece mientras
recuperamos el aliento,
los latidos recobran el eco
de lo que somos,
y el reloj de los tiempos
cae a nuestros pies, se rompe,
orgulloso de lo que fui,
grito mi lamento ingenuo
que ojalá puedas oír,
aquí y ahora he de existir,
ojalá me puedas recordar
dentro de tus sueños,
como yo a ti
después de cerrar
el telón magnético,
al apagar el pequeño ventanal,
al cerrarse el portal.
Wellington