...Dónde acaba una devoción verdadera
dónde se disipa
el lustre que otorga tu mente
cuando con tus ojos repasas las palabras
qué ocurre entre los fragmentos que unes
si cuando el viento explora tu caricia
imaginas con dulzura
la frialdad de los desiertos
entonces
las calles te sugieren contemplar sus bóvedas
en este sillar de seda
porque primero fueron tus cadenas solariegas
luego la piedad que expulsan las alfombras
y que domina tus velos de arena...