Bien, compañero Hugo, adelante.
No te calles porque hace tiempo ya
que murió el imperio arrogante,
cayó el colmillo del león farsante
y derrotado el reino de Isabel está.
El rey iluso que se ha creído
que aún domina a nuestra raza
pide silencio,pobre engreído!
a qué poder está atenido,
si ya no reina ni en propia casa?
La gloria y la grandeza del pasado,
sustentadas en genocidio cruento,
que tienen aún al indio consternado,
que tienen al negro atemorizado,
viene a ser hoy su propio tormento.
Nos manda a callar como mandaron,
hace cinco siglos de oscuridad,
a callar al Inca que asaltaron,
esclavizaron y asesinaron
en su dorada y gloriosa ciudad.
Nos impone el silencio de Moctezuma
y de Cuautémoc, poderosos aztecas,
cuya purpúrea sangre aún rezuma
pidiendo venganza a la serpiente con plumas
por la sangre olmeca, mexica y tolteca.
Como a punta de látigo y espada
callaron al siboney y al caribe,
a los chibchas en la tierra de Uribe,
a tantos pueblos y razas mancilladas
cuya prole hoy apenas sobrevive.
Mas pronto, del Artico a la Tierra del fuego
su mano levantará la vieja raza,
al pálido cazador le dará caza
y su dios será sordo ante su ruego,
y su cabeza aplastaremos con la maza.
Por eso hermano mío,compañero,
no dejes que te imponga un hombre necio
la humillante vergüenza del silencio.
No te dobles como un pobre limosnero
que el orgullo de tu pueblo es primero.