como las notas al ser tocadas,
o la luz de dia al salir el alba,
tal vez un poco mas clara,
era tu mirada.
rebosaba amor, era salvación,
convicción, perfección,
con la justa etéra sonrisa
de cristales blancos
que reflejaban aquella alma tan noble... y sin prisa,
me di cuenta que aquella brisa en el ocaso,
era causada por el amor que sentía en tu regazo.
ahora lo veo todo sin velo alguno,
me di cuenta, en el camino de tu ausencia,
que amor verdadero solo hay uno.
me di cuenta que la luz de tu luna
jamás hará un eclipse con otra estrella que no sea yo.
pero al mismo tiempo me di cuenta de que querías ser libre,
que talvez eras como el cometa Halley, no te volvería a ver
después de setenta y seis años. aunque no lo aguante.
o talvez no... talvez, solo tardaría un plenilunio,
para estar frente a frente y ver tu cuarto menguante.