Yo quiero comprenderte
y así pienso que lo hago.
mas la vida nos ha enseñado siempre
que dos fuerzas que aspiran entenderse
deben moverse cautelosamente
hasta llegar a un centro.
Ahí, entonces, habrá una comprensión.
Así renacerán otras “mañanas”
y creo que volverán
muchos “después”
a alegrarnos la vida
como fue siempre
un mutuo y peculiar deseo.
Omaha, julio de 2018