Después de estar loco
guarde tu imagen postergada
y el camino de regreso a tu mirada
encendida a media noche.
Y todo el día te busco
en el delirio de mi vida,
mi vida que vibra bajo mi almohada,
mi vida pareada en la ventana.
Después de estar loco
tomé un frascote palabras,
las recogí de mi cielo y de tu cama,
de tu boca y mi mirada.
Les conté los días:
les han salido canas.
Les conté las noches:
esas ya están enterradas.
Después de estar loco
la mañana es más fría,
una niebla se trasluce
en la cortina,
un verbo busca salida,
no quiere que el cuerdo se lo impida,
todos los verbos del locos son monomanía,
el loco sonríe con simpatía
y eso a la gente le parece una epidemia.
Qué triste, qué triste la locura,
quiero seguir siendo loco al final de día.