No sé en dónde esconder esta tristeza,
para que mis ojos no lloren por tu ausencia…
Mi corazón reclama tu presencia,
pero parece que te tragó el olvido.
Tal vez, mi recuerdo se borró de tu memoria
y ya no recuerdas que yo por tí vivía.…
La amargura hace un hueco en mi alma
y anuda mi garganta sin poder decir palabra.
La noche me mira con sus ojos negros,
pero mis ojos ya estan cansados…
¡Tengo que esperarte con los párpados cerrados!
y con un hilo de vida que le robé a la muerte.
Quizás no vengas a mi despedida,
porque todo lo que tenías que decirme,
me lo dijiste en vida.
Felina