Huyendo van de la hambruna.
Van huyendo del azufre.
Van buscando un nuevo Sol,
que no queme y les alumbre.
Se hace angustiosa la marcha.
Penosa la travesía.
En sus rostros la leyenda,
que lo de atrás no se olvida.
La incertidumbre de frente.
Sueños que se sacrifican.
Una barrera invisible,
que mediatiza su huida.
El miedo se queda dentro,
como una fea reliquia.
Retorciéndose en su seno.
Como una hidra cautiva.
Atravesando los órganos,
que tiemblan en la agonía.
Aferrado al corazón.
Que late aún más deprisa.
Las arrugas de la frente,
como surcos se perfilan.
Como grietas que se hunden,
en las carnes cual rendijas.
Mapas son del sufrimiento,
que acompaña el día a día.
Regueros de sentimientos,
quebrados sin alegrías.
Voces que apenas se oyen.
Como susurros sin vida.
Quejidos que se contienen,
por la fuerza que les guía.
Sombras sin sombra que huyen,
retando a la misma vida.
Ojos nublados que atrapan,
el horizonte que miran.
Tristeza que se refleja,
en la mirada perdida.
El Sol empuja su espalda,
y la Luna se adivina.
Al frente lo indescriptible,
que el pensamiento descifra.
Apoyándose en los sueños,
que adornan sus fantasías.
Recreando lo recóndito,
que sus cerebros maquinan.
Imaginando praderas,
plenas de ricas delicias.
El corazón vigilante,
que cada señal cautiva.
El horizonte parece,
que se aleja cada día.
Cada paso una promesa,
con la fuerza del que pisa.
Una esperanza delante,
que adelante a su agonía.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2