De tantos besos, solo uno fue el beso.
Labios que se convirtieron en rojos
de muchos roces que los negros ojos
motivó los besos y el embeleso.
Besos de amor que surgen con sabor,
sabor de fragancia, de tierno fuego,
de incendio claro, de clemente apego,
apego a los labios y al fiero amor.
Amor de un cuento y de un beso muy ciego
surgido por el choque de las flamas
en mundos que se juntan en un pliego.
Pero, en aquel que sólo uno fue el beso,
ese, estruendo de diamantes fue mío,
quedando hundido en ese solo beso.