Es una celestial y alba delicia
El poder disfrutar ese fervor
Y escuchar en silencio esa canción
Que brota convertida en poesía;
Es aquella vivencia tan querida
Que emana ligera de vivo sol,
Sentir que la penumbra se venció
Con una pertinaz luz que concilia;
Es la voz del silencio que se escucha
Como un grande maestro muy sublime,
Una voz interior que siempre ayuda
Y que toda esperanza la revive;
La llama que no quema y que consuma
La razón de ese Ser que siempre existe…