Juntos contemplamos
bajo el manto iluminado
los luceros alumbrando la noche.
Aprietas suave mis manos
y la llama prende en tus ojos.
Escucho tu dulce voz
a mi lado,
tus sedosos labios
decir mi nombre.
Te siento temblar,
mi bella flor masculina
como me susurras al oído
el abecedario
cantando a la dulce vida.
Me roza tu piel
y cien latidos me llenan de emoción.
La brisa alza y revolotea nuestro cabello
nos dejamos llevar
en esta noche de ternura y frenesí.
Termina la actuación,
se queda la plaza vacía.
A lo lejos un rasgueo de guitarra
nos funde en una caricia seductora
un abrazo prieto
en un te amo sincero.
Vivimos un sueño.
Desde un balcón de Porto fino.
29-7-2018