Soy desagradable como un vómito adornado, una ilusión hecha error o una náusea alegre con pavor. Soy una estrella que está por estallar, que tiene miedo de asombrar. Como un tornado a punto de apagarse o una bahía esperando su brisa. Un riachuelo a la falda de un monte, o la misma agua volviéndose vapor.
Soy un desastre agradable, y también una fuerza ya incontrolable.
No me gusta lo que escribo, e igual lo comparto. No me creo genial, e igual me alabo.
Me da miedo la oscuridad, y no por eso me gusta la luz.
No sé pensar en el mañana, y creo siempre en el para siempre.
No sé dar amor, pero sé que amo.
Creo en la libertad siendo yo la jaula.
Y, soy más feliz cuando lloro, aunque vivo por la felicidad.
Soy el fracaso previo al éxito, el volcán mientras estalla. Un ave tomando vuelo, la música aún no pensada.
Soy todas las almas: a la espera de su cuerpo, y todos los cuerpos: a la espera de sus amas.
Soy el recuerdo de todos los humanos, soy el futuro nunca llegante.
Soy el pasado que nadie recuerda, la historia póstuma, y la victoria jamás contada.
Soy la sombra de la misma sombra.
Aquello que no se ve en la noche y el primer reflejo de la aurora.
Soy cada contradicción que puedo imaginar.
Y, sólo por eso, lo último que soy, es yo.