Fúnebres pensamientos fluyen abruptos, sin topar obstáculos esperanzadores, así, ideas mal engendradas, abarrotan mi imaginación dibujando la insensatez. Veo tus labios en compañía de unos besos forasteros, que roban lo que aún no poseo y cerrando fuerte mis manos, palpo tu cuerpo reposar sobre su lívida desnudez.
¡Celos; malditos celos!
Vestido de vagas palabras y sonrisas desmembradas, me muestro intacto ante ti, temiendo revelarte estos celos, ocultos en una falsa capa de dejadez. Verte marchar a lo incógnito revela en mí sentimientos que, cosechados en lo nefasto, retoñan llenos de dolor para mostrar lo patético de mi amor y del que me brindas, su escasez.
¡Celos; malditos celos!
¿Cuándo entenderé que tu alma no me pertenece? ¿Cuándo dejaré de mentirte con sonrisas apagadas? ¿Cuándo reconoceré el papel que debo interpretar esta vez? ¿Cuándo dejaré de vivir calzando este desespero, acorralado en un anhelo, añorándote en mis brazos, en compañía de mis labios…? ¿Cuándo dibujaré la sensatez?
¡Ay celos; malditos celos!
Eric Rancol González.