Son huellas indelebles,
manchas definidas que escurren tina,
marcas sobre piel que van y pintan,
en forma de letras imborrables.
Son aquellos que de sueños subsisten,
andando con un alma polvorienta y una pluma rota.
La vida los asfixia para probar si desisten.
Aquel hundido persiste en aletear, imaginando que flota.
\"Ese hundido ya no era nada\", se justifica la vida.
\"Tan solo un saco viejo de ideas y palabras\".
Mas cuando aquel hundido de aletear desistió,
ese saco estalló en cúmulo de estrellas derramadas.
El hombre convertido en tinta y estrellas, el universo acaparaba.
Aquél hundido, entre tantos hundidos, a la vida, subsistió.