Gigante dormido
arrullado por los sueños
de tu pasado grandioso
que se forjaron en las cimas
de tus altas montañas.
En las alturas andinas
donde el hombre vive
con los brazos abiertos
queriendo abrazar al Sol.
Tierra de dioses colosales.
Con entrañas de metal.
Donde el oro y la plata.
marcaron la vida de tu pasado.
El glorioso Tawantinsuyo Inca
donde crecieron las leyendas
del mítico El Dorado.
La áurea ciudad perdida
que deslumbró al extranjero.
Territorio engreído de los dioses.
Milenario y de espíritu indomable.
Donde los hombres del Ande
Construyeron en las alturas
cerca al cielo
ciudades milenarias.
Entre las laderas
de sus colosales montañas
el hombres de las alturas andinas
Saca los alimentos de la tierra
con raíces de cobre y de hierro
que la madre Pachamama
les entrega en abundancia.
Los ingenieros o amautas
llevaron el recurso hidrológico
desde los valles bajos
a las alturas andinas
donde el cóndor anida.
Y donde la frágil vicuña
pastorea día a día.
Quisieron destruir tus grandezas
Y no lo lograron.
porque es imposible borrar
los pasos que marcan la historia.
y la gran riqueza de tu suelo,
de tu mar y de tu cielo,
con que los dioses te dotaron.
por tu matrimonio
con la historia
y por tu fervor
con el dios Sol.
Antonio Encinas Carranza