Verdes rascacielos se erigen al Sur,
al Norte tus doradas tibias arenas,
bañadas por las olas del Caribe
brisa marina vistes de azul.
Seca las lágrimas de los “cujíes”,
pañuelo tenue de voz serena
envuelve el canto del “Chuchube”
que del Este trina en la alborada
y el Oeste lo cubre con su tul.
Veo la mañana bien marcada
entre minutos de éter tornasol,
pasan los loros de los clubes
en las orquestas de arrebol.
El abrazo tierno de una madre
de seda blanca y escarlata
para el amor nunca es tarde,
juntos vamos en larga caminata.
Estos horizontes que describo
los cuido como un gran tesoro
es recordar nuestro origen Caquetío
detalles de mi ciudad natal Coro,
donde la tuna coquetea al cardonal
en sus médanos lucen con decoro
el cielo provinciano otrora capital
hace marco a la anchura falconía
tus playas son reflejos de cristal
del gigante guardián, la serranía.