El tiempo como saeta pasa
en mi rostro las huellas del invierno
comienzan a aflorar,
mis manos tiemblan un poco,
en mi cabello color de mirlo
luces albas empiezan a brillar.
Ayer, si,
tal vez ayer,
zarpaste, prometiendo regresar
desvaneciéndote como crepúsculo
mis sueños junto a tí
se fueron hace años ya.
Ayer,
hoy,
mañana,
desde ese día
aguardando tu regreso estoy.
No soy Penélope
pero con esperanza espero
verte llegar
que tu sonrisa
colme mis sueños
haciéndome despertar.
Todos los días
las primeras y últimas luces del día
añorando tu regreso,
me descubren
en la encrucijada que mi vida es.
Vanas promesas
tal vez mentiras
solo palabras
sueltas al viento,
sin embargo,
no puedo al olvido dejar triunfar.
Aquí,
en el ocaso
te esperaré
como el sediento
espera el rocío
de la mañana,
para vivir un día más.
Dulce agonía,
tal vez no vuelvas
y sin embargo,
como se esperá el nuevo día
esperaré
a que en mi puerto
de nueva cuenta
tu nave pueda encallar.
Esperaré
a que mi vida
con tu regreso
vuelva a empezar.
Esperaré.