Alegrías y tristezas,
se mezclan en el recuerdo,
de las cosas que se dejan,
relegadas en el tiempo,
pero que marcaron huella,
siempre modelan por dentro,
y es la personalidad,
sin duda el mejor ejemplo.
El hombre tiene virtudes,
también infames defectos,
si lo domina el orgullo,
manifiesta su hostil ego,
lo convierte en pobre diablo,
un soberbio y un grotesco.
Igual está el bondadoso,
de humanidad es modelo.
Se debe tener cuidado,
juzgar es algo complejo,
es posible equivocarse,
con cautos o lisonjeros,
cuando no estamos seguros
ser injustos es un riesgo.
La vida es una centella,
de levedad lleva sello,
pasa demasiado rápida,
se debe sacar provecho,
disfrutar la intensidad,
la suerte no está en el trébol,
tampoco en cosas banales
no debe perderse el tiempo
porque luego se lamenta,
nada está siempre completo,
Abunda la imperfección,
somos del mundo viajeros,
con un marcado destino,
que viene en el ser, impreso,
es imposible cambiarlo,
el consejo es que gocemos,
cada paso de la vida,
existen ratos risueños;
cuando se desvía el rumbo
valientes en los acerbos.
Vivir con mucha cautela
atesorando lo bueno,
huyendo de los fastidios,
con los ojos muy abiertos.
Se debe tener la paz,
corrigiendo los defectos,
tendiendo siempre la mano,
con amor, sin menosprecio,
una actitud que ennoblece,
de bondad un buen comienzo,
es un principio de vida,
¡Del ser, sus mejores versos!