Verano Brisas

LA PROMESA DE JOSUÉ

Pero a Rajab, la meretriz,

así como a la casa de su padre

y a todos los suyos,

Josué les conservó la vida.

Biblia de Jerusalén

 

Derribaré las murallas al son de mis trompetas

y pasaré por las armas a todos los jericoanos

sin ningún remordimiento.

Pero a Rajab, la puta bella,

respetaré como a mi propia persona

lo mismo que a su descendencia.

Guardaré para ella la nobleza de mi estirpe

y la fuerza viril de mi potente falo.

 

Si me regala el fuego de sus profundidades,

como ahora deseo y ordeno,

haré parar el Sol en lo duro del combate

hasta vencer al enemigo.

Impondré mi dominio en la tierra de Canaán,

y entonces Rajab, la más puta y la más bella,

si es tierna y complaciente con mis ansias

se verá colmada de innumerables riquezas,

producto de mi conquista y mi saqueo.

 

Me casaré con ella, haciendo en esa forma

que lleguen Jeremías y Ezequiel

tras muchos otros profetas

necesarios en la historia de este tiempo,

como testimonio de mi gloria imperecedera

en los siglos venideros.