Arturo vuelve a llamar telefónicamente a Doña Petra, que está en el pueblo y que desea hablar urgentemente con ella. Ambos se citan como siempre en la cafetería de Don Pancho, en la esquina de siempre. Los dos se ven discretamente y acuerdan que Doña Petra le presentará al joven Eduardo a Arturo como si fuera un amigo lejano de la familia. Arturo desea tener una buena relación y comunicación con su hijo Eduardo. Doña Petra y Arturo resuelven el asunto y deciden que Arturo irá a la Casona a cenar. Arturo se dispone a llegar a la Casona y es presentado a todos. Eduardo se da cuenta que ése tipo es el mismo que vió en el taller y se lo dice, a lo que él comenta que sí, que había llevado su auto a reparar. Por otra parte, Susana, que lo había visto en la Casona, responde que es un amigo lejano de la familia. Todos se dirigen al comedor y cenan. Los muchachos interrogan a Arturo, preguntando de dónde proviene, en dónde trabaja, a qué se dedica, sí tiene familia - hijos, qué edad tiene. Doña Petra termina la conversación dejando entrever que la vida de Arturo es privada y para mantenerlos al margen de la situación que rodea a Eduardo les dice que es un amigo lejano de la familia; un fiel y leal amigo de su padre Segoviano. Todos quedan en silencio con la duda en sus pensamientos y se escucha el sonido del tic-tac del reloj. Sara visita la hacienda de su padre Severiano y no sospecha que tiene carta del extranjero de Gregorio; donde recibe la noticia de que tiene correspondencia en su habitación. Sara no lee las cartas que están destinadas para ella y que el remitente es de un hombre llamado Gregorio; las deja en el cajón con llave y se marcha hacia la Casona con su marido Eduardo. Tomás llega e ese mismo momento con más cartas. Sara no les hace caso y las asegura en el cajón junto a las otras.
Corre el mes de Julio y Susana desea visitar a la Tía Violeta. Doña Petra la deja ir junto a Susy. Las dos muchachas llegan a la casa de la Tía Violeta y se acomodan en ella. Susana decide buscar a Andrés, y lo encuentra con Jazmín cerca de la casa de la Tía Violeta. Susana saluda con entusiasmo y contentura Andrés, por haber encontrado a su eterno amor. También se encuentra a Pedro, que continúa interesado en ella. Andrés y Jazmín se despiden de Susana, mientras que Pedro conversa con ella. Pedro confronta a Susana porque se fue el pasado mes de diciembre sin despedirse de él. Pedro le ofrece un cariño especial a Susana que está próximo a graduarse de arquitectura y desea que ella le corresponda a su amor. Susana se queda callada, como pensativa porque ella dice que el amor no se hizo para ella, que el amor es transparente, puro, que se tiene que sentir en el corazón, tenerlo presente en la mente y cuerpo. Eso no lo siente cuando está junto a Pedro, pero con Andrés sí. Pedro insiste en que tenga una relación seria y formal con él. Pedro dice que es el hombre ideal para ella y que entre los dos podrían salir hacia adelante. Susana no responde ni decide nada al respecto de lo que Pedro le insiste. Susana se retira del lugar, pensando en el ofrecimiento de Pedro.
Susana en casa de la Tía Violeta, piensa que se tuviera un romance con Pedro cómo sería esa relación. A Doña Petra no le agradaría porque es un chico de la ciudad, con otras costumbres, tradiciones y otra manera de vestir, con otro modo de ver y vivir la vida, con unas libertades que ella nunca imaginaría tener. Susana, en su pensamiento sólo la emociona el saber que si se une a Pedro, ella tendría esas libertades que ella nunca logró tener, pero unirse a otro ser sin amor, sólo por conveniencia sin que le agradara esa unión ni a la madre ni a la familia. Susana continúa pensando y plasmando lo acontecido en su diario. Susana y Susy van a comprar a la tienda. Gregorio decide ir también de compras exactamente a la misma tienda que van las muchachas. Por casualidad Susy y Gregorio coinciden en la puerta de la tienda. Las miradas de ambos penetraron en el fondo del corazón de cada uno. El lugar se llenó de un brillo resplandeciente como el ocaso del sol. El tiempo se detuvo, las miradas de Susy y Gregorio continúan explorando y observándose uno al otro, hasta que sale una palabra de parte de Gregorio qué le dice a la muchacha, ?cómo te llamas?. Susy tan despistada despierta de ese sueño irreal, pero a la misma vez tan verdadero, sólo le contesta con voz temblorosa, Susy. Gregorio, como él dice, no había visto ni conocido a una muchacha tan hermosa como Susy. Susy es una joven talentosa, la cual posee unas cualidades y virtudes que honran su belleza exterior como su interior. La inocencia de esta joven la hace merecedora de una candidez estupenda que sorprende a todo aquel que llega a mirar hasta lo más profundo de su corazón. Gregorio quedó impactado con tal belleza en sus ojos. Gregorio sigue a Susy por el centro comercial y le comenta que si se pueden ver luego. Susy en sobresalto responde que sí, con una voz dócil. Los dos quedan en verse el viernes en la noche en una pizzería.
Susana se comunica por teléfono con su madre y le cuenta que las cosas andan muy bien en casa de la Tía Violeta. Susana comienza entablar una comunicación con Jazmín que precisamente vive en un apartamento cerca de la casa de la Tía Violeta. Susana piensa que la muchacha confunde la libertad con libertinaje y comienza a ser amiga de Jazmín para saber porque es liberal. La muchacha dice que quiere la libertad para hacer y pensar lo que quiera y que desea independencia para trabajar y costear sus propios estudios sin tener que deber nada a nadie. Susana queda sorprendida con el comentario de Jazmín y piensa que no podría trabajar hasta que terminara los estudios porque a Doña Petra no lo hubiera parecido que fuera lo correcto. Jazmín es la chica perfecta para Andrés, pensó Susana, porque ella no podía hacer lo que hacía.
Susana llega a la casa de la Tía Violeta y le esperan para cenar. Durante la noche, Susana escribe en su diario todo lo ocurrido con Jazmín y Andrés, mientras que Suzy ansiosa espera por el viernes para reencontrarse con Gregorio, sin saber cómo se llama. Susy, ingenua, sueña con ese muchacho que se encontró en la tienda, y dice que es como si lo conociera de toda la vida. Un día, al salir de la casa, Susana ve a Pedro. El le pregunta que si había pensado en lo que le dijo sobre si quería ser su prometida. Ella le responde que sí, que puede ser su prometida. Pedro acepta la respuesta con mucha alegría. Pedro y Susana intercambian un beso. Susana no corresponde al amor de Pedro y el siente que Susana está distanciada, que no desea ser su amor. Pedro en su iniciativa al comienzo del noviazgo con la joven, la invita a salir. Los dos llegan al cine del centro comercial más visitado por los jóvenes y Susana recuerda cuando Andrés la llevo al pequeño cine del pueblo, pero la joven comienza a tener un poco de cariño y aprecio hacia Pedro.
El esperado viernes llega. Susy se arregla y se embellece para su reencuentro con el joven Gregorio, quién la espera en la pizzería y comienzan a hablar. Gregorio admira la belleza de Susy y con mucha razón. Susy continúa el diálogo con Gregorio y reconoce lo gentil, caballeroso, atento y buen mozo que es Gregorio y siente que está enamorado de el.Gregorio desea continuar la relación con Susy y le expresa que desea conocerla mejor.
Susana y Susy deciden regresar a la Casona. Pedro y Gregorio deciden seguir el verdadero amor y los lleva a mudarse al pueblo en busca de la felicidad que les ocasiona estar junto a estas dos muchachas. Cada uno se instala en un pequeño, pero cómodo apartamento cerca donde está ubicado el cine. Susana y Susy se encuentran en la Casona y son recibidas por Dorotea con alegria. Susana y Susy saben que sus amados están en el pueblo. Las jóvenes deciden mantener en secreto la relación de ambas.
Eduardo y Sara continúan derrochando su felicidad por todas partes de la Casona y del pueblo. Sara no sospecha que Gregorio se encuentra en el pueblo.Durante una tarde, Sara decide ir al mercado con Dorotea para comprar víveres que le hacen falta. Sara encuentra a Gregorio por casualidad en el mercado y se queda sin palabras al ver a su ex-compañero frente a ella. Gregorio trata de disimular la emoción que le produce su corazón (aunque está enamorado de Susy, él deseaba ver personalmente a Sara), y en un instinto de cariño hacia Sara, la abraza y le da un beso en la mejilla. Dorotea no comprende que sucede al ver a este joven tan contento besándola y abrazándola. Sara se despide de él y se marcha hacia la Casona.
Durante el camino hacia la Casona, Dorotea queda sin palabras y Sara se asusta por lo que puede pensar Dorotea de esa situación. Las dos entran a la Casona y Dorotea con mirada de desconfianza le dice que no dirá nada a Eduardo de lo ocurrido. Sara más tranquila decide no salir de la Casona por buen tiempo, sólo al trabajo de costurera en la fábrica de mahones. Eduardo saludaron un beso lleno de pasión y amor a su esposa Sara, mientras que ella con tristeza en sus ojos por lo que pasó con Gregorio, lo saluda con pesimismo.
Cursa el mes de agosto, Susana sale del colegio y se dirige hacia la hacienda de Severiano para continuar las clases de Tomás. Tomás aprendió a leer y escribir. Susana lo ayuda a anotarse en un curso más avanzado para estar al corriente que ofrece la escuela a los desertores escolares para que prosigan sus estudios y los terminen. Susana ve en su discípulo Tomás, un gran potencial para el mundo empresarial, en el aspecto económico.Tomas desea seguir aprendiendo hasta convertirse en un gran empresario distinguido. Mientras, Sara visita a su padre en la finca, y Susana la observa con dudas por aquellas cartas de amor, de las cuales nunca tuvo explicación. Sara continúa escondiéndolas en un cajón con llave e invita a Susana a charlar un rato sobre la relación de las dos. Susana la confronta y le pregunta sobre las cartas que recibe del extranjero, quién se las envía y por qué. Sara se pone nerviosa al cuestionarlo sobre las cartas que recibe de Gregorio y le dice toda la verdad a Susana. Ella le explica a Susana que Gregorio es un ex-compañero y que rechaza las cartas porque a quien ama verdaderamente es a Eduardo. Sara, desconsolada por lo ocurrido no sabe qué hacer y llora avergonzada por no poder lidiar con el problema. Ahora, Susana comprende toda la situación que embarga a Sara, la consuela diciendo que le cuente toda esa verdad a Eduardo y que el la entenderá.
Arturo vuelve a visitar a la Casona con la excusa de que su ex-amigo fiel y leal de Segoviano. Arturo se encuentra con Eduardo en el recibidor y conversan, este hombre, esta vez le demuestra señas de cariño a su hijo. Eduardo no entiende estas muestras de cariño de parte de un hombre que apenas conoce. El señor desea formalizar la relación de ambos como una formal de padre e hijo. El joven Eduardo acepta la compañía de Arturo como una figura paternal, ya que el de el falleció. Arturo quiere satisfacer con amor el tiempo perdido con su hijo Eduardo. Doña Petra está nerviosa por la situación que atraviesa, y no ve la manera de contarle la verdad a su hijo. Doña Petra observa la escena de dos personajes, que no actúan en un drama de ciencia ficción sino en un drama de la vida real, como si estuviera a punto de descubrir una verdad que cambiaría sus vidas para siempre. Ambos, pasean por el jardín, el muchacho, ansioso por entender y saber de la vida íntima, y privada de Arturo le hace constantes interrogantes y Arturo siente la necesidad de expresar toda la verdad al joven por la situación que él representa en la vida de Eduardo. Doña Petra está muy desesperada por la conversación prolongada de padre e hijo y de asusta de pensar que Arturo pueda confesar toda su intimidad en un instante. Doña Petra interrumpe el momento del ameno diálogo con un té frío que le hace llegar con Dorotea, y la cual los deja hablar bajando la cabeza en señal de respeto. Susana en su interior desea salir sola de la Casona y dar un paseo por los alrededores de la finca de Severiano y visitar el río sin compañía. Cuando se acerca al famoso río, ve que se encuentra a Pedro bañándose en el río, y lo saluda con desazón al no querer corresponder al amor de él. Él con sus ínfulas de cariño y amor hacia la muchacha por ser parte de una vida en unión y ella con rechazo y desprecio total hacia un ser que la ama, pero que ella no siente exactamente lo mismo al no corresponder recíprocamente su amor. La muchacha evoca recuerdos de cuando salió al cine con su amor Andrés y la nostalgia invade todo su ser por ese amor que no fue nada. Pedro en su atrevimiento besa a Susana con un beso sorpresivo que ella no espera y Susana lo besa con tal intensidad que su cuerpo se llenó de una sensación que ella conocía bien, pero no sabe como explicar, es el clímax más alto en gusto y tacto que ella no había sentido desde hace mucho tiempo y mucho menos con Andrés. Ambos retiran los labios uno del otro y sienten que la vida les otorgó un pequeño momento de satisfacción, de deseo y complacencia y sienten que la vida les pudiera brindar la oportunidad de sentir otros iguales a este beso donde por primera vez Susana sintió el amor que creía haber perdido con su antiguo amor Andrés. Pedro en su pensamiento lo que desea amar y abrazar a Susana desde lo más recóndito de su corazón y la sostiene entre sus brazos por unos instantes de paz y de ternura, no sabe si esta despierto o no, lo único que sabe es que los dos se aman con tal fuerza con su alma y su cuerpo que casi se convierten en uno solo. Susana se sacude por unos segundos de los brazos de Pedro y por vez primera le expresa lo que siente en su corazón, que encontró el verdadero amor. Los dos se miran intensamente, como buscando una respuesta de lo que los dos sintieron con ese beso, con ese beso ardiente, penetrante y fervoroso que los hizo sentir tan uno del otro. El lugar se apoderó del significado de un beso entre dos seres que se aman profundamente, con el impulso de un amor que será para toda la vida. Pedro y Susana continúan con la curiosidad y la búsqueda del amor. ¿Qué es lo que sienten dos personas que se aman hasta llegar a sentir el éxtasis de un amor real y verdadero?. ¿Qué pasará con este amor vehemente apasionado entre dos seres que apenas se conocen?. ¿Durará este amor hasta el final de sus vidas paralelas o será un momento instantáneo en que los dos lo recordarán como un acto del primer amor?. Estas y otras interrogantes se hacen cada uno en sus mentes y en su pensar sólo invade el deseo de amarse y quererse hasta que la vida se los permita en total unión.
Juan desde que fue expulsado del colegio en el mes de abril, ha tenido que visitar varias veces a su doctor para las terapias individuales y familiares que el jovencito debe de tomar para mejor su conducta y su comportamiento en la escuela. Juan no le agrada en lo absoluto tener que hacer ese tipo de visitas, pero le ha ayudado bastante conocer sobre el tema y conocer a otros jóvenes de su misma edad con el mismo problema. Juan es un muchacho extrovertido que le gusta mucho el juego, principalmente cuando se une a su amigo Timoteo. En un atardecer en el mes de octubre, es el día perfecto cuando Juan y Timoteo deciden salir de fiesta. La fiesta se realiza en casa de unos amigos de los jóvenes, pero estos muchachos son un poco adentrados en edad y en aventuras que son para adultos. Invitan a Juan y a Timoteo a beber licores y a jugar diferentes juegos que tiene que apostar. Los muchachos aceptan la invitación. Cuando llega Juan de madrugada a la Casona, llega ebrio y hecho un guiñapo. Solamente Dorotea lo vé y lo ayuda a subir a su dormitorio. Al otro día, Juan no sabe como llegó a su casa ni a su cama. Doroteo le prepara un café bien cargado y se lo lleva a la habitación y le expresa que no dirá nada a su madre, Doña Petra.
Tomás esta integrado en los cursos avanzados y está al corriente. Tomás en su agradecimiento a Susana por enseñarle a leer y a escribir, decide realizar una fiesta en nombre de ella en el famoso río. Todos están invitados a la fiesta. En el río celebran el acontecimiento de que Tomás sea educado al lado de Susana. La joven lo llevó por los senderos de la educación y se palpó el desarrollo, el crecimiento y el entusiasmo de Tomás, en una educación llena de conocimiento y sabiduría. En el río sólo se escucha el murmullo de los congregados y de los que asistieron a presenciar tal acontecimiento. Doña Petra y Severiano están a un lado del río observando el lugar tan bello y hermoso, un gran patrimonio natural del pueblo. Eduardo y Sara se besan apasionadamente en las aguas profundas del río. Tomás y Luisa se divierten al tomar refrigerios de varios y distintos sabores. Mientras que, Susana en la esquina donde por primera vez se besó con su amado Pedro, lo evoca como sí hubiera ocurrido ayer. La joven lo recuerda tanto que siente en el fondo de su interior y de su corazón aquel beso tan voraz que le consumió el alma.
Continuará…………………………………………………………………………………………….