Última mente la vida en la tierra me está pasando factura,
La sonrisa se ha ido de mi faz y solo un milagro me podría salvar,
Tanto luchar en la vida, en los lindes del trabajo para estar viviendo ahora,
Sin descanso pues en mis sueños, sigo trabajando todas las noches,
Cuando duerme mi cuerpo, mis sueños se despiertan y vigilan las maquinas
Del trabajo, en el amor estoy perdido siempre quiero y necesito lo que no puede ser,
Por eso Dios me ha impuesto el castigo, de ver sin merecer las musas, De mis locos idilios
Que me sumergen en las frías aguas del mar, de mis amarguras y apocado ser…
Quiero escribir sonrisas, pero no puedo,
Melo impide el tablón de los caballones,
De la maltrecha huerta, de mi corazón
Aunque vivo, entre luchas y emociones…
Me gustaría sentir, los besos del alma,
Aliento divino de la ternura, más sana
Sentir el latido de tu corazón en la cama,
Mi mor, necesito el rescoldo de tu brasa…
Hoguera de llanto, suspiros y calma
Que vives dentro de mi almohada,
Sueños de placer que apagaron su llama,
Dentro del almacén, del corazón y mi alma.
¡Todos llevamos un mar, dentro de nuestro sentir olas que bailan la danza del sueño, de nuestro existir!
Modesto Ruiz Martínez / martes, 15 de junio de 2010