Patricia Aznar Laffont

TRISTE FINAL

Castigo de la mar inquieta,

tus incomprensibles deseos

de no saber cuándo

termina este viaje,

del que no encuentro fecha alguna

de cuándo empezó.

 

Rudas palabras

los equinoccios de tu voz potente e imperiosa,

incomprensibles para mí..

 

Horizonte en ardientes llamas

en donde planean

audaces gaviotas..

 

La nave de mi Vida tiembla

en esta voraz

y  terrible tormenta,

si nada ni nadie quien lleve el pesado timón,

sin nadie que la guíe...

 

Sólo el Triste Final...

basta de temores,

de tanto cansancio y desaliento...

 

a dónde me has llevado,

Amor?

 

Siento los tirantes límites

y el desparpajo

de la desolación...

 

Ya no queda nada,

ni el lecho blanco y blando,

ni el antiguo ventanal...

ni nuestro adorado aposento.

 

Sólo queda una triste frase:

-Para siempre, adiós!