Acechanza de recuerdos
-fugaces emisarios de la memoria infiel-
Se quedó en la tarde del estío
coagulándose la voz del viento misionero.
La luz con trazos moribundos
diseño siluetas desteñidas
en el rostro macilento de la ciudad
emparedada entre lágrimas y risas.
Se hizo la noche cómplice
con el esbozo de tu cuerpo
emergiendo en el silencio
y te quedaste fragmentándote
en las espumosas aguas
donde te vieron desnuda las estrellas
en la víspera del sueño acariciado.
Acechanza de recuerdos. . .
Se quedó en la tarde del estío
coagulándose la voz del viento misionero.