El hombre, ese pequeño ser
que vive en su caja de fósforo existencial,
que lucha por saberlo todo
y al final resulta envuelto en enigmas.
Buscando tenerlo todo,
termina en su isla de soledad, hueca:
consigo mismo,
con sus miedos, con sus demonios,
con sus desazones, con su espejo.
Yo te saludo hombre,
que vives en el desierto de la vida,
que avanzas y retrocedes
que crees que vives,
pero al final no has vivido nada:
Por la prisa, por el estrés, por los avatares de la vida.
Hombre, dale estrellas a tu vida, dale brillo,
¡Qué sea verdadera vida!
Date un baño de esperanza e ilusión.
Hombre tienes las horas contadas;
el tiempo es tirano que no espera.
Hombre ¡Despierta!
Mira tus calles, a tus vecinos, a los demás,
¡Mira que el hombre nace, crece, se reproduce y muere!
¡Sí, muere!
Cada día cada hora, cada minuto
La vida se le escapa de las manos.
Muere como ser finito que es.
Muere, dejando huella o como un grano de arena más.
El hombre muere pero también vive.
Vive para construir, para soñar, para ser...
La vida es un regalo, hombre,
¡No la desperdicies!
Desconoces que la felicidad te roza cada día.
Te mira, te saluda y tú no la ves.
¡Ella, está más cerca de lo que crees!
Te besa, te acaricia:
en tu casa, en tu jardín,
en los momentos cotidianos
y no lo quieres ver
o no los ves,
porque te cegó los ojos,
la fantasía del tener,
y buscas tener y tener
y cuando tienes
descubres que no eres feliz.
Y reparas que era espejismo el poseer.
¡Hombre, te quiero tanto!
Quiero que verte feliz.
Mira el cielo,
mira el sol,
mira la creación.
Todos los días
te regala gratuitamente su esplendor.
Hombre,
¡Tú eres el rey de la creación!
Sé feliz hombre,
sé feliz.
El mundo te necesita feliz.
Lleno de esperanza,
Libre, libre de todo.
Dispuesto solo a vivir,
plenamente,
en tu realidad cotidiana.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados-copyright ©y safe creative