El cielo
en un largo abrazo
besa al mar.
Y de esa unión
cada día nace
un nuevo amanecer
y un sol brillante
alegre y palpitante.
El cielo y el mar
en su profundidad
y en su inmensa extensión
guardan sus más
íntimos secretos,
entre los límites
de los celestes y los azules.
En la noche frívola y ligera
La Luna canta
una melodía de amor
acompañada
por el viento quejumbroso
fiel testigo
del amor.
Antonio Encinas Carranza
D. R.