José Luis Barrientos León

Volverás a mi

 

He mirado tu rostro en menguante.

Un Sol sin calor, ardiendo en la miseria de su luz, olvidado

He mirado tu rostro entre las gentes, como analogía de hojas marchitas

Virginales de nuevo por la vida en destierro, sin retorno, sin pasión

 

Tu tiempo zurcido en silencios, en el reflejo de tus ojos

La suma de tus edades en calendarios bisiestos, apuñados como escombros

Distraída del mundo, olvidada,

 

Aún queda en ti los lánguidos ecos de una infancia. El grito de vida.

La brisa que desnudaba tu piel despojándote las sedas, aun es aliento,

Exhalas ardiente, lo gritan tus ojos

Te ocultas en la sombra, confundida, agazapada,

Añoras el beso cándido que se entrega inocente, sin mordazas

 

 

Lejos estoy del lupanar lúgubre y aciago, al contemplar tu rostro

Sumiso me siento ante tu angelical recuerdo

Subyugado, como esclavo ante tu mirada

 

Volverá a ti el brillo del delirio

El éxtasis de la matriz liberada, impúdica ante los puritanos

Volverá a ti el aroma del nardo y la azucena, seducción de los sentidos apareados

Volverás a mí un día, sin menguante, como luna creciente,

iluminada