Aurelio Peñaloza

Miércoles en fin de semana

Los talismanes caen en el rebosó de la suerte donde los cuadros piensan en el trágico ventanal, los cuerpos aceitan las dunas enjauladas sobre el agua, la estufa prende los focos débiles hasta los huesos, la flauta toca en las venas en dos tiempos; para odiar lo que más amo, el mundo me abrocho la conciencia y abrió mi camisa para sentir el frío, los milagros habitaron mi vida en el prólogo estelar de la función nunca vista, me hospede en el valor de la confianza y sin estar listo me olvidé de lo transitado, nunca encontré el tesoro en las mentiras que cortaban mi existencia, la sombra me dejó razones sin estar aquí y cuando escuché las sirenas me entregué a mis cadenas, la salida me buscaba y me encontró besando el secreto de tus labios.