Se avecina la noche y eres tú quien habita en mis pensamientos,
¡Maldita sea!, ¡Cómo desearía que estuvieras aquí!,
Tomándome la mano y teniendo las más profundas conversaciones,
Por favor, entiende que éste sentimiento me quema, que el titilar de las estrellas no es más que el sollozo de mi alma,
Que me arrepiento en cada momento por dejarte escapar y que mi corazón se inhunda por la nostalgia al verte de su lado caminar.