A todos mis amigos tan queridos,
Que siempre para mí siguen presentes,
A pesar de que estén lejos o ausentes,
Con total atención les presto oídos;
Para mí son los seres consentidos,
Gente sabia de nada inconscientes,
Al contrario, de todo están pendientes,
Señalan los errores, los descuidos;
Recibo su consejo que atinado
Me da la solución tan esperada,
Cuento con ese apoyo confirmado,
Con aquella respuesta más buscada;
Son la voz, el silencio o el fiel latido:
La ayuda más leal, no interesada…