Llueve.
O el cielo llora...
no lo sé.
Un arrullo
cobija a los cuerpos
que entrecruzan
sus miradas
para encender
soles interiores.
Llueve.
O la luna reposa...
Un tango diría
que tal vez
es una noche triste,
de errantes sombras
buscando y nombrando
las letras sagradas
que al alma emocionan.
Llover...
es el himno que clama
pidiendo un reposo
para amar otra vez