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**~La Casona - Parte VII - Novela Corta~**

Doña Petra llega a la Casona y se instala en su dormitorio con comodidades a su disposición gracias a Dorotea. Mientras, que, Eduardo, Sara, Juan Susana y Susy la acompañan para darle la bienvenida a Doña Petra a la Casona. Los muchachos se retiran de la habitación de Doña Petra con la excusa de que tienen trabajos qué continuar cada uno y que Doña Petra debe de descansar por su mejoría. Doña Petra se queda con Susana para tomar sus medicamentos de rigor, mientras que le ordena a Susana a buscar en su mesita de noche las pastillas correctas que debe de tomar y encuentra un papel escrito con puño y letra de Doña Petra, el cual lo toma y comienza a leer. Doña Petra se da cuenta de que aquel papel contenía la información de toda su verdad acerca de que Eduardo es hijo de Arturo y le ordena a Susana que le entregara ese papel, que no es de su incumbencia, y lo pone debajo de su almohada.

Timoteo en su hogar piensa qué puede hacer con la información, sobre el amor a escondidas que tiene Susana de su madre Doña Petra. Timoteo llama por teléfono a su gran amigo de siempre, a Juan y deciden verse en la heladería del pueblo. En la heladería, los dos se toman una batida de fresa y chocolate, mientras que Timoteo no encuentra la forma de contarle a Juan que su hermana tiene un amor. Timoteo nervioso, porque no sabe cómo responderá Juan con la buena nueva, decide preguntarle a Juan de que sí Susana tuviera un novio, ¿cómo lo aceptaría?. Juan contesta que no le aceptará porque Susana, aunque es mayor que él, no está en edad para tener un noviazgo de esa índole y porque se lo tiene prohibido Doña Petra. Timoteo le responde, “algún día se tiene que enamorar y casar e irse de la Casona”. Lo que contesta Juan es, “que para eso falta mucho”. Timoteo, piensa en no divulgar la noticia del amor de Susana a Juan. Los dos se toman la batida y se disponen a salir de la heladería con rumbos separados.

Susana en su habitación no deja de pensar en Timoteo y en la carta escrita por Doña Petra que encontró en el cajón de la mesita de noche en la habitación de su madre. Susana imagina que es algo muy importante para Doña Petra y para la Casona. Susana piensa en coger la carta a escondidas de su madre para saber qué tanto oculta Doña Petra en ese papel. La muchacha espera que su madre se duerma para poder entrar en su habitación y tomar la carta que le preocupa. Mientras que, piensa en la situación de Timoteo, que si le contará la verdad a Juan; es su mejor amigo, dice Susana. Éstas dos preocupaciones atormentan a Susana y no sabe qué hacer. La joven analiza la situación desde una perspectiva de asombro por no poder comprender a su madre en su deseo de que no lea la carta. Susana entra en el dormitorio de Doña Petra y poco a poco vá tomando la carta que Doña Petra puso debajo de su almohada. Doña Petra se despierta, pero luego vuelve a conciliar el sueño. Susana vá de prisa por el pasillo a su habitación y lee la carta que tanto anhela saber qué oculta Doña Petra en ella. Susana, lo primero que lee en la carta es que Doña Petra amaba en su juventud a un muchacho llamado Arturo y que con él tuvo un apasionado romance y de cuál procreó un hijo, un hijo ileǵítimo de una relación amorosa y hermosa que no perduró por la falta de comprensión de un padre egoísta que no deseaba que la relación de ambos fuera fructífera y de un hombre el cual amó con todo su corazón, pero se marchó al otro día, luego de una noche de pasión a orillas de la playa. Susana atónita por la noticia que acaba de leer, en un papel escrito por la propia Doña Petra, no sabe qué decir por la situación en que ahora se encuentra, si revelar toda esa verdad o callar como lo hizo Doña Petra todos esos años pasados. La muchacha vuelve a colocar la carta de donde la tomó y ahora escribe en su diario todo lo que sabe acerca de Doña Petra, Eduardo y Arturo.

Llega el mes de diciembre, todos están contentos con la bienvenida a navidad  para poner el tradicional arbolito y celebrar juntos el nacimiento de niño Jesús. Susana lleva más de un mes ocultando la verdad a Eduardo. La familia está complacida en realizar la fiesta de navidad, donde comer, beber, bailar y disfrutar, será lo primordial al festejar tal acontecimiento y a la media noche el intercambio de obsequios en los cuales se refleja el amor y la unión de esta familia. Eduardo y Sara están felices con la noticia que serán padres de una hermosa niña y Juan está totalmente rehabilitado de su adicción al alcohol y continúa con sus respectivas terapias con su médico. Mientras que, Susana y Susy continúan con sus novios a escondidas y tienen una relación duradera y eficaz. Pedro está culminando sus estudios en arquitectura y lo que más desea es casarse con su adorada Susana y Gregorio está trabajando como supervisor en una cadena de productos para el hogar. Tomás en su deseo de superación continúa con cursos avanzados para estar al corriente como todos los jóvenes del pueblo y realizar una vida profesional como la que espera tener al lado de la mujer que ama, Luisa. Andrés y Jazmín se casaron y viven una vida totalmente fuera de lo tradicional e independiente al tener la libertad como punto de partida hacia la felicidad. Arturo vá de vez en cuando por la Casona, visita la familia y tiene una relación estable con Eduardo. Doña Petra con sus achaques de vejez, está feliz y contenta porque su familia está unida y compenetrada al compás de la vida familiar que les inculcó su padre Segoviano. Dorotea, como madre orgullosa de su unigénito por ser el doctor con más méritos y demanda en la ciudad, continúa sus labores en la Casona velando por el bienestar de la familia. La Tïa Violeta que les promete visitar a la Casona esté año próspero y venidero con todo su amor para dar. Así, concluye éste año de bendiciones y vicisitudes en donde los personajes se transformaron en grandes hombres y mujeres de bien, donde reinó el amor, la paz y la unión de parejas distantes con su apasionada fuerza de voluntad para soportar y aguantar hasta encontrar la felicidad.

La familia se encuentra en la Casona felizmente. Sara está en su tercer mes de embarazo y se encuentra en los preparativos para la llegada de ésta niña a la familia de la Casona que de seguro cambiará la vida de todos, principalmente la del padre, que como dicen, las nenas son de papá. Sara, está coleccionando motivos de un personaje animado, para la preparación y elaboración de la habitación de la nena en la Casona, mientras que Eduardo trabaja en el taller de Don José. Sara en su interior siente una emoción tan grande por llevar dentro de ella la sensación del producto de un gran e inmenso amor. Ella se cuida bien, y come lo necesario para alimentar a la criatura con las vitaminas y minerales esenciales para poder tener un embarazo normal. Eduardo, en un instante se dispone a entrar a la Casona y observa las pequeñas cosas que tiene Sara para la llegada de la infante. Eduardo con un aire de ternura acaricia el vientre de la futura madre y dice lo feliz y contento que se encuentra con la bienvenida de su primogénita. Eduardo está próximo a graduarse de mecánico automotriz y desea que su familia esté presente para tal evento.

Se acerca la primavera y Doña Petra arregla y prepara el jardín de la Casona en la espera de que florezcan las más hermosas flores del año. Susana, a su vez, hace el intento de dialogar con Doña Petra sobre la relación con Arturo y la familia. Doña Petra vuelve a recordar su pasado lleno de felicidad y amor, mientras estuvo al lado de éste hombre con el cual tuvo un hijo y amó tanto. Dorotea se encuentra escuchando y le cuenta a Susana que conoce muy bien la historia de la familia y que no hay que temer, porque Arturo es un buen hombre. Susana hace la interrogante, para ella investigar sobre el asunto, si Doña Petra tuvo algún pretendiente o enamorado antes de que llegara a conocer a Segoviano. Doña Petra frunce el ceño y continúa su labor al ordenar algunas plantas que serán motivo de admiración para cuando se avecine la estación y responde, “sí, pero no fue de gran importancia hasta que llegó el padre de mis tres hijos, Segoviano”. Susana con una inmensa duda en entrecejo, le cuestiona acerca de que si ella tuviera un novio: ¿como reaccionaría con la noticia? y peor aún, si quedara embarazada y fuera madre soltera, ¿qué pensaría?. Doña Petra pone una cara de asombro al escuchar estas palabras de su hija Susana y Dorotea la mira con ojos perturbados y Doña Petra le responde, “éso no sucederá por el momento, porque tú estás estudiando y eres una niña decente, la cual no tiene ningún muchacho cerca de tí y tú no lo aceptarías porque lastimaría los buenos modales que te he enseñado”. Susana, caprichosa porque su madre diga toda la verdad acerca de lo que rodea a Eduardo, su nuevo padre y toda la historia que le falta por escuchar y saber, se retira del jardín hacia su dormitorio a escribir en su diario.

Susana, continúa con su investigación y ahora dialoga con Eduardo. Susana le hace la pregunta indiscreta, “si tuvieras un padre que no fuera Segoviano, ¿Qué harías?”. Eduardo atónito con la pregunta tan directa le contesta, “como va a ser eso sí nuestro padre falleció y no dudo de la honestidad de nuestra madre”. Susana se espanta y asegura callar la verdad por temor a la reacción de Eduardo con su madre y en ese mismo instante entra por la puerta grande en el recibidor, Arturo. Eduardo lo saluda y sale de prisa de la Casona a trabajar al taller de Don José. Susana se alegra de que Eduardo los haya dejado solos y comienza el interrogatorio para su investigación de que si éste hombre que apenas conoce y que sabe que es el padre de su medio hermano Eduardo, será en verdad el padre. Susana lo mira con ojos de duda, mientras que le insinúa, “si tuviera un hijo como Eduardo, ¿Qué haría?”. Arturo con mucho respeto hacia la joven le dice, “¿Por qué me preguntas eso precisamente a mí?”. Susana por evadir el momento, la situación y porque sabe la verdad le dice… “porque usted no tiene hijos y me imagino que añorará un hijo tan profesional, dedicado a su trabajo y buen hijo como Eduardo”. Arturo, en un momento calla y sólo desea que se sepa toda la verdad y cuanto antes mejor. Arturo recuerda en su mente por todos los momentos que ha pasado su hijo hasta convertirse lo que es hoy día, un gran hombre de grandes valores morales y él no estar presente en cada instante en que la vida le dió la oportunidad de crecer y de desarrollarse. Arturo sólo le contesta a Susana, “sí, me hubiera gustado tener un hijo como Eduardo”. Susana con pesadumbre en su rostro por lo que acaba de ocurrir con Arturo se retira hacia su habitación a pensar en su investigación acerca de éste asunto el cual lleva cuatro meses sabiendo la verdad. Susana, piensa en que sabe la verdad y hará todo lo imposible porque prevalezca. La joven recuerda la mirada triste y de ternura de Arturo cuando le formuló la pregunta y se da cuenta que Arturo sabe que Eduardo es su hijo. Susana trama una idea para que se descubra toda la verdad, mientras piensa, escribe en su diario varias ideas a escoger. La primera es confrontar a Doña Petra contra Arturo y Eduardo, la segunda es decir toda la verdad a Eduardo y que éste le cuestione a su madre acerca de la verdad y la tercera es plasmar toda la verdad en papel o que Eduardo lea toda la verdad acerca de su vida misteriosa y oculta de manos de Doña Petra en el papel que guarda debajo de su almohada. Susana no sabe cuándo, cómo ni dónde hará que la verdad brille a la luz y que Eduardo descubra que tiene un padre.       

 

Continuará………………………………………………………………………………………….