Adiós al desencanto... En vez de arrodillarme, canto, cuando me caigo, en corto me levanto.
Seco el llanto, doy paso firme y me plantó, trato de que las adversidades no me compliquen tanto.
Pues el encanto nace de los más profundo del artista.
Sigo en busca de conquista, caminando por veredas distintas, adquiriendo nuevos puntos de vista.
El reloj sigue su curso, la vida no se detiene.
Cada quien elige su rumbo y lucha por lo que quiere.
Es realmente absurdo creer que algo pudiese ser para siempre.
Valora lo que se tiene ya que en cualquier momento todo eso se pierde.
Se pretende que vivamos siendo felices, pero son nuestras acciones las que en ocasiones nos contradicen.
Haciéndonos artífices de heridas y cicatrices, pero ya no importaran más esos días grises.
Pues en realidad se puede hacer más de lo que se creía posible.
Y se vuelven tangibles los miedos, cuando por fin decides deshacerte de ellos.