No te puedes eregir ahí, vivo
Y caminar sobre los celestiales campos
O vertir el discurso a la zaga del sueño
Le informamos que está prohibido:
Pisar las líneas; amarillas y paralelas
Signo y límite simbólico de la sumisión
O la alegría por conocer, arbitrariamente, uno
No sabe en cual parte verse mejor, no hay lugar
Y se prohíbe la menor música que no sea
Una inaudible conversación o el humo
Que asciende desde nuestras cenizas
Queda entonces prohibido cualquiera
Interacción fuera de lo esperado
Por lo sistemático del devenir del día
Cualquier charla o contacto sin un motivo
Estrictamente aparente que justifique antetodo
La innecesaria estridencia de lo vivo
Aquello es lo que la ley emite desde su podio
Injuiciable aún del todo, nosotros proseguimos
Y más del alguno cayó en el vacío más bello
Tanto por desobedecer como por no ir
Atento sino a las luces de sus extensiones
Biotecnologícas, irrefrenables diversiones.