Cada noche eres tú y eres nueva,
naciendo entre mis labios
que te dicen y te besan,
mientras,
en mi lengua asombrada
se acuesta desnuda tu piel,
y tu sabor
baja desde la garganta,
tatuándome de olores todo el pecho.
Se agita dentro de mí
la atmósfera de tu cintura,
lloviéndome en la boca,
los tiernos aguaceros
que se despiertan
al sur de tu ombligo,
y hacen temblar las horas.
Cada noche soy yo y revivo
al andar a oscuras por tu mente,
cuerponauta de tus emociones,
me deslizo incitando el tacto,
provocador provocado,
besador besado,
cazador cazado,
atrapado en el brillo de tu luz,
como un carnívoro girasol
te sigo a todos lados.
Eduardo A. Bello Martínez
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