1.
Los aretes.
Allá por el año de 1978 cuando iba a ingresar a la escuela secundaria lejos del hogar en un internado en el Estado de Puebla, mi padre que en paz descanse me hizo un hermoso regalo, eran unos aretes de filigrana en oro de 14 k y para que no los extraviara me llevó con su amigo el joyero para que los sellara en mis orejas, así fué, me fui al internado y durante todo ese tiempo siempre luci orgullosa mis aretes, por supuesto que en la escuela fueron motivo de muchas cosas, desde burlas, porque cómo era posible que una niña de origen humilde tuviera unos aretes así, hasta el intento de robo mientras dormía, jajajaja no contaban con el hecho que ya les platiqué, transcurrió el tiempo del adiós y regresé a mi tierra natal en dónde estudié mi carrera profesional y en mis primeros años de servicio después de unos meses uno de mis pequeños estudiantes me preguntó- Maestra porqué siempre traes esos aretes, no tienes otros?
D.R.Liaazhny 🌈
Julio 2018