Tus besos se deslumbran sobre mi espalda.
Ah, cómo descienden desordenados
hasta mi indefensa cintura,
donde me rodean con sueños:
huellas nacidas
de pronto desde ti.
Eres el testigo
de tantas lunas mías.
lunas abiertas en la penumbra,
como heridas curvadas
en la blanca humedad.
Liberaré más besos que silencios,
más bandadas que mares,
sobre tu sombra móvil
donde se quejan todavía tus besos:
animales y estrellas a la vez.
¡Cómo descansan nuestras luces juntas!
-Ya se fueron las llamas-
Sólo las luces del amor entonces
acercan, juntan, unen
sus cabezas perfectas…y se duermen.