Mallez

Como el otoño

 

Y quise que entre el viento se agitaran

en el condescendiente adiós tus manos.

Aquellas mismas que me acariciaran

sin la voluntad de un día olvidarnos.

 

Pero ya todo me resulta en vano

para volver aún la oportunidad

de volver siquiera a intentarlo

por serme inútil ... por no poderse más.

 

Adiós, Primavera de muchas flores.

Si en el ocaso de tu claro esplendor

resultas ser otoño, como en mi agonía,

fue mejor que ahora te dijera adiós.

 

Sea pues ahora nuestro anunciado adiós

tan oportuno en nuestra despedida.

Si fuiste en mi vida todo lo mejor

ya serás otoño de hojas caídas.

 

                               M