Me acostumbré a mi vida en tonos grises
Y a andar las callejuelas solas y obscuras
Y llegas, como torbellino de aventuras
Y llenas mis horas de colores y matices
Abres las ventanas y así escapan locas
Todas mis tristezas, fieles compañeras,
De algunas infamias, ocultas y señeras
Que no soportan la luz de lo que tocas
¿Y ahora? —me pienso, yendo de tu mano—
Y las flores me susurran historias amorosas
Y siento como cantan los geranios y las rosas
Mientras el cielo sonríe en nubes, muy ufano
¿Cómo podría volver a mi casa siempre sola?
Luego de haber andado de tu brazo preso
Te detengo de los hombros y ahí, te beso…
Y te miro cuando tus mejillas se arrebolan…
¿Y ahora?... te pregunto, haciéndome el valiente
No lo sé… tú dime —Me contesta tu sonrisa—
Y antes que lo piense te beso otra vez, de prisa
Y tú, cierras los ojos, hermosa y complaciente
¿Y ahora?... Preguntas poniéndome a prueba…
Y yo, te estrecho y haciéndome el sabio digo:
O me voy a mi casa, y te vienes conmigo…
O te vas a la tuya… ¡y contigo me llevas!…