Inconsistencias auténticas:
Aquello que amamos se destruye cavando una fosa profunda en el alma, ley radical; todo se inicia con una gran explosión terminando al final en un desmembramiento diluido en la nada. Y el espíritu de la humanidad unido flotando para conformar un universo distinto. Mixtura con hilachas de las vidas destrozadas en fragmentos, dolorosa y eterna. El viejito de la esquina lo comprende al vender el último diario. Mañana no habrá noticias. Cataclismo, pues el hombre desaparece de la faz del planeta. Como ha sido y lo que vendrá no tiene importancia ninguna y jamás la ha tenido, es que da igual. Entre los infinitos, se es una huella en el desierto en una noche de tormenta de arena. Me he quedado observando al suplementero, quien se ha acercado diciéndome viviré mi único momento de felicidad verdadera; no hay más tiempo. Cómo lo haría: desgañitaría la angustia de su vida de esfuerzo, miseria, … en los pasillos de palacio con 12 granadas prendidas a sus vestimentas, ocultas; nadie podría haber leído a esa hora las noticias que el ya conocía; su segundo de dicha sería un momento de terror sin fin para los poderosos energúmenos. Alegría resultante del saber el desenlace de los acontecimientos antes que sus enemigos archi abusadores. Ha entendido la necesidad de combate demasiado tarde, lucha reivindicativa impulsada desde sus entrañas, no hay vuelta atrás, pues a esa hora ya da igual.