Hace ya algunas semanas que (no existes).
Si bien ya eras – casi – una especie de recuerdo,
hoy te busco entre los escombros de… e s t o.
Esto que (aún) no ha sido.
(Esto que, como yo, (aún) no ha sabido/podido ser)
Ya habías muerto (hay que morir para ser fantasma)
y palpitabas en cada instante de mi insomnio.
Anochecías con más luz de luna y canciones
que mis días más tristes o felices.
Por eso naciste.
¿Recuerdas, que naciste?
(ante mi, en mi noche)
Y ya tenías nombre desde antes de nacer.
Lo escogimos entre el tiempo y
el invierno de tu voz – en espera de existir.
(¿Cuál soy yo? Dime, ¿cuál soy yo?)
¿Sabes que cuando el tiempo es tuyo
– y sin que existas,
Todo es un poco más c o n f a b u l a b l e ?
Sí, lo sabes.
Te extraño, mujer.
Te extraño.
Carlos Alcaraz
14/06/10