Lo sé todo.
Quédate muda, silenciosa,
como la noche en que rema en la mar
un astro luminoso que cae redondo
sin balsa, victimario y sin sospecha.
Dame tus manos aún tibias
de tantas historias táctiles, corporales.
Consiente que se explayen
en un acto libertario de buenos modales
procurando en un roce una suave caricia.
Amor, o ex Amor (esa parte del latín):
Hallo en tus manos una sensación extraña
de evasión a mi voluntad, a mis querellas,
como un adiós en alas, como una despedida.
¿Será acaso que ya me olvidas?