Zapatero a tu zapato…
No violentes tu bien andar,
ni quieras así castigar
lo que se caiga del plato,
¡si te gusta ser mojigato!
Sigue el camino frondoso
y no aquél, escandaloso.
Qué sólo durara un rato.
¡Porque el otro…! Es desacato
pero nunca deshonroso.
Es por ello que en la calle
aprenderás el oficio,
entre lloviznas y vicio
sin ocultar el detalle,
sabrás entonces que el valle
será tu única morada,
el pensamiento tu almohada
mientras el dolor no falle.
Y serás cuando desmaye
el hambre en la madrugada.