Cómo puede un objeto, recordarnos tantas cosas.
Ha pasado mucho tiempo.
Tanto, que rompe los esquemas de mi concepción de él y le da la razón a Einstein.
Me recuerda tus miedos, tus dudas.
Cuando te estreché entre mis brazos.
Sellé tu boca con un beso, apasionado, cálido, húmedo...
Mis manos buscaban.
Tus labios susurraban un no.
Pero tus ojos me decían, sigue...
Es la controversia del ser humano.
En ese mismo instante, te diste cuenta.
Tu corazón le gritó a tu cabeza...
Es amor lo que sientes.
Después de mucho tiempo, hoy volví.
Me senté en aquel banco.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Sentí tu presencia a mi lado.
Sigues aquí.
En el banco.
En mi vida.
En mi corazón.