Recuerdo el sabor de tus besos, muy dulces,
Y el aroma de tus labios, muy tersos,
Recuerdo el calor de tu piel, rozando la mía,
Y la humedad de tus labios, posados sobre sobre los míos.
Recuerdo el rojo carmesí, de la piel que adorna tu boca,
Y el capullo tan tibio, que adormece un tibio recuerdo,
Recuerdo la frágil caricia, de tus labios enamorados,
Y el sabor a néctar perfecto, que tus besos me han obsequiado.
Recuerdo que tus labios, han sido la caricia soñada,
Como beso de lluvia sobre las hojas,
Y como susurro del alma despertando la calma,
Arrullando silencios, y pintando de rojo tu suave lienzo.
Recuerdo que tus besos, besaron la raíz de mi alma,
Y acariciaron en silencio, mis sueños de niño,
Cuando el frio o la lluvia me desabrigaban,
Y desnudaban mis labios, sin prisa, sin calma.
Aun llevo en mis besos, el sello de los tuyos,
Y en mi orar en silencio, espero su caricia,
Para aliviar la pena de la soledad de mis labios…
Y quitar la tempestad de mis besos airados.
Tus besos y su dulce perfecto,
Aún recuerdo tus labios,
Y la caricia de tu piel sobre mi pecho.